500 gr. de harina + 200 aproximadamente para el 2º amasado
20 gr. de levadura fresca de panadero
30 ml. de leche entera
20 ml de aceite de oliva virgen
300 ml. de agua
2 cucharadas soperas de miel
1 huevo
10 gramos de sal
Aceite de oliva para engrasar las manos y para untar el pan
Preparación:
Mezclamos los 500 gr. de harina con los líquidos y el huevo en un recipiente amplio, deshacemos la levadura con las manos y la añadimos a la masa. Añadimos la sal y la miel. Con una cuchara vamos removiendo y mezclando los ingredientes sin meter las manos, ahora mismo es una pasta casi líquida (como un puré espeso) y muy pegajosa y no se puede tocar. Cuando esté todo integrado taparemos el recipiente con un paño y lo dejaremos una hora en un rincón sin corrientes de aire.
Al cabo de una hora habrá doblado su volumen. Nos untamos las manos con aceite de oliva y empezaremos a amasar y añadir poco a poco el resto de harina.
No es necesario añadir toda la harina, es preferible añadir un poco de aceite que harina a la masa, de esta forma no quedará pesada. Esta masa tiene que quedar bastante pegajosa al tacto porque si nos pasamos añadiendo harina quedará un pan como "un ladrillo".
En cuanto se pueda coger la masa, la trasladaremos al molde teniendo la precaución de poner a lo largo de toda la base una tira de papel de horno para poder desmoldar el pan una vez cocido.En el molde dejaremos reposar otra media hora mientras calentamos el horno.
Hornearemos a 180 grados unos 25 minutos.
Dejaremos enfriar el pan fuera del molde para que no se humedezca.
Receta actualizada el 05/06/2014
